Terminada ya otra rutinaria jornada, hallábame yo dispuesto a conciliar el sueño en mi cama, cuando, estando ya en ese estado que llaman duermevela, la sensación de ser observado invadió mi espíritu. Incorpore ligeramente mi cabeza, separé lentamente las sabanas y entreabrí los ojos con la confianza de solo hallar oscuridad en la oscuridad. No encontré diferencia entre tener los ojos abiertos o cerrados pues la negrura era absoluta en mi cuarto, así que volví a arroparme y me dispuse a retomar mi viaje a los mundos oníricos. Pero la inquietud no me abandonaba, la sensación de ser vigilado desde algún punto de mi habitación me invadía poderosamente y casi inconscientemente, volví a otear mi entorno. Y entonces, entre la lúgubre nada, lo vi. Una luz tenue, grisácea, a los pies de mi cama, apenas la luz de una vela, fue ganando brillo lentamente y al hacerlo, fue tomando forma, creando pliegues que se movían suspendidos en el aire como una fina seda al viento. De una forma vaga, fue formándose una figura humana vestida con ropas ajadas que parecían ser los restos de un traje mortuorio. Totalmente petrificado por el terror miré el rostro del fantasma, un semblante cadavérico, pálido y que, a pesar de haber perdido los ojos, me miraba desde el fondo de sus cuencas penetrando en mi alma como si conociese todos mis secretos. Haciendo acopio de los últimos restos de mi valor, me atreví a hablarle
-Quien eres… que quieres de mi…?
-Deberías conocerme, pues siempre estuve a tu lado. He venido a ayudarte
Oír hablar al fantasma, sin mover los labios, con una voz sorda, lenta, grave, que parecía venir de toda la estancia a la vez aumentó, por increíble que parezca, aun más el pavor en mi. Aún así, sus palabras me hicieron sentir intrigado y le observe con más detenimiento y tras unos momentos, me pareció…
-Marco?… eres Marco, mi compañero de trabajo? Que..?
-Tu y yo no tuvimos vida. No disfrutamos de la vida. No compartimos nuestra vida. Abandonamos nuestros sueños de la infancia. Nos dejamos absorber por la cotidianidad de la sociedad, del trabajo, de lo correcto, por las convenciones sociales, las modas, las imposiciones de la televisión. Abandonamos la imaginación y la diversión porque no nos parecían lo correcto, porque no era adulto ni responsable. Y dejamos de alimentar nuestra alma, amigo, con los nutrientes que de verdad necesita. Yo ya no puedo hacer nada. Pero vengo a ayudarte, en honor a nuestra amistad. Ven, debo enseñarte algo.
-¿Vendrán tres fantasmas, verdad?-
-Hmmm, no… casi que no… la persona a la que se le ha ocurrido esta idea no es Dickens y no andamos muy bien de personal. Tendrás que conformarte conmigo
Y alargó su pútrida y etérea mano, mi espíritu abandonó mi cuerpo y empezó a volar. Atravesando las paredes dejamos la habitación, la casa y ascendimos velozmente por encima de las nubes y allí en las alturas de la mano de mi espíritu guía, pude observar como prodigiosamente la noche se transformaba en día instantáneamente. Tras tan raudo amanecer iniciamos súbitamente un vertiginoso descenso entre las nubes. La ciudad volvió a aparecer y volando sobre ella me llevó a un lugar familiar, un centro cultural, una antigua estación reacondicionada a la que jamás había prestado atención.
-Nadie nos verá- dijo mi difunto compañero – Con nadie podrás hablar, pero podrás, deberás observar a esta gente-
Y en aquel edificio vi a gente feliz, disfrutando y enseñando a todo aquel que quisiera como disfrutar con ellos. Vi voluntarios, algunos padres con sus hijos, enseñando juegos de mesa distintos a los que jamás yo había visto. Vi personas recreando épicas batallas con miniaturas pintadas primorosamente en espectaculares escenarios sobre gigantescas mesas. Vi gente que se transformaban en magos en planos existenciales imaginarios usando tan solo cartas. Vi narradores que transportaban a aquellos que quisieran a experimentar emocionantes aventuras en mundos fantásticos usando tan solo su imaginación. Vi almas afines que compartían un sentimiento común, una afición. Vi personas que sabían que la vida es un juego, en el que no se gana o se pierde, se disfruta mientras lo juegas.
-Es hora de volver, querido amigo. Espero que esta visión te haya servido. Creo que quizás ahora yo tenga la oportunidad también de descansar en paz-
Y de repente, con un respingo, abrí los ojos y me incorporé en mi cama. La luz del día entraba por entre las rejillas de la persiana de la ventana. Era domingo, podía dormir un poco más pero, sentía el pellizco de todo lo pasado aquella noche y no podía estar un momento más en el catre. Me levante y deambulé por la habitación intentando dilucidar si todo había sido un sueño. A punto estaba mi raciocinio de espantar de mi mente los recuerdos fantasmales vividos cuando reparé en un ajado legajo que, al parecer, el fantasma había dejado para mi en mi mesita, que, permitidme, os lea:
Para mi amigo
Imagino que todo te habrá parecido un sueño y por ello te escribo estas líneas. Tu bien sabes que nunca fue mi don la palabra, así que, aquí en mi nueva morada un nuevo amigo ha escrito una poesía para ti.
Del salón en el ángulo oscuro
De su dueño tal vez olvidada
Silenciosa y cubierta de polvo
Veíase la caja
¡Cuanta diversión dormía en sus reglas
Como el pájaro duerme en las ramas
Esperando la mano de nieve
Que sabe arrancarla!
¡Ay! Pensé, cuantas veces la imaginación
Así duerme en el fondo del alma
Y una voz como Lázaro espera
Que le diga “¡levántate y anda!”
Aquel texto fue la catarsis que terminó de activar mi lánguido espíritu. Me vestí apresuradamente, desayune veloz, frugal y salí a la calle en busca del lugar que vi en las visiones. ¡Oh gracias amigo fantasma! Pues allí se encontraba la gente que vi en nuestro viaje, ¡si, aun hay tiempo para mi!. Y así, de esta tétrica manera, acabe un domingo por la mañana entrando en las puertas de LEON LUDICO III y es que, amigos, los caminos del mepple, de Cuthulu, de la carta de hechizo, del cubito de madera que lo mismo es un maíz que un ejercito… etc, son misteriosos..
La mejor entrada en el blog desde que empezamos. pelos como escarpias
Gracias amigo. Gracias por leerlo!!!
Que gran entrada.
Muchas felicidades